En estos tiempos, es fundamental que cuidemos bien los tráficos en el puerto de Cádiz y que seamos claros y sinceros en las decisiones que tomamos. El futuro de la nueva terminal depende de que mantengamos la actividad y los empleos mientras los planes se van concretando. Si no seguimos invirtiendo y cuidando las infraestructuras, y a nuestros operadores, otros puertos a solo 100 km, con costes más bajos, podrían llevarse todo el trabajo.
Tomar decisiones precipitadas, como “tirar la reja” antes de tiempo, sería un error que dejaría a muchos gaditanos sin empleo. Es importante que no nos creamos cuentos y que tengamos claro que, si de verdad queremos avanzar en Cádiz, hace falta paciencia y no caer en promesas vacías que solo buscan votos.
El puerto de Cádiz es de interés general, como un barco que navega por aguas comunes y no lleva bandera, aunque algunos intenten izarla para dirigirlo a su antojo. Este puerto es de todos los gaditanos, y, si no lo defendemos ahora, puede que después ya sea tarde para lamentarse, como ocurre con la confitería del Pópulo, que, tras más de 100 años, se ve obligada a cerrar, habiendo sido parte de la idiosincrasia del barrio más antiguo de Cádiz. Ahora serán apartamentos turísticos, y el muelle, sin su verja, corre el riesgo de ser más de lo mismo. No podemos permitir que esto suceda; debemos defender lo nuestro antes de que nos echen a nosotros también, porque llorar después no sirve.
"No confundan el atún con el betún; es lógico que no se pueda estar en todo. Al delegar, es esencial hacerlo en quienes valoran lo conseguido. Hay quienes tienen el potencial para hacer posible lo que necesitamos, pero a menudo se ven rodeados de consejeros que, en lugar de ayudar, pueden entorpecer su camino. Avanzar no debería significar cavar una zanja detrás; es todo lo contrario. Avanzar es allanar el camino para que todos podamos progresar y valorar el esfuerzo realizado."
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