El Centro Portuario de Empleo del Puerto de Cádiz, líder en Inversión en formación en 2024 y en los últimos 20 años.

A pesar de ser el máximo referente en la inversión en formación en el Puerto de Cádiz, el CPE ha sido sistemáticamente excluido de los foros y mesas de decisión clave relacionadas con la formación portuaria. Esta situación resulta inaceptable, especialmente cuando se tiene en cuenta que, a lo largo de los últimos 20 años, el CPE ha sido el motor del empleo y la capacitación en el puerto, un modelo de éxito que ha logrado una polivalencia y eficiencia admirables.

Curso de grúas año 2006. 


En tiempos donde la brecha entre la palabrería vacía y el trabajo auténtico se expande como un abismo insondable, resplandece, firme y digna, la noble historia del Centro Portuario de Empleo del Puerto de la Bahía de Cádiz (CPE Cádiz). Esta institución, forjada en el fragor de los años y los cambios legislativos, no es una creación reciente, sino que surge de una raíz profunda de más de 100 años, y su nombre, cual cambiante espectro, ha transitado por diversas formas: OTP, Sociedad de Estiba, APIE, SAGEP y, finalmente, CPE. A lo largo de estas transformaciones, jamás se ha desviado de su senda de excelencia, bien que bajo el peso de las reformas y las caprichosas leyes que, como un manto, han cubierto de incertidumbre y cambio al sector.

Mas es en los últimos 20 años, bajo el yugo de leyes que fluctuaron con la volatilidad de un viento cambiante, donde el CPE ha demostrado ser no solo una reliquia viva, sino un faro que ha iluminado el camino hacia el pleno empleo en el sector portuario. ¡Ah!, cuán pocos entienden que esta sinfonía de éxito y progreso no es fruto de la casualidad, sino del más firme compromiso con la formación continua y la preparación sin igual de sus trabajadores, quienes, cual máquinas perfectamente engrasadas, desempeñan funciones en el puerto con la destreza de los artesanos más finos. Los datos y las pruebas son incontestables: las empresas del sector, que van de la mano con el CPE, confían ciegamente en sus operarios, entregando las operaciones de carga y descarga a aquellos mismos que, por su dedicación, sabiduría y capacidad, se han ganado el derecho de ostentar tal responsabilidad.

¡Y sin embargo!, ante tal monumental esfuerzo y éxito, el CPE Cádiz se ve relegado al olvido, excluido de las mesas de decisión donde se urden las políticas de formación en el sector portuario! ¿Acaso la historia de sus logros no es suficiente? ¿Es que las instituciones, cuyos miembros se embriagan con el peso de apellidos vacíos y relaciones efímeras, han olvidado la antigua regla que premia a quienes dan fruto en vez de a quienes se adornan con nombres pomposos? Este desdén hacia el CPE es una afrenta no solo a la institución, sino a toda la comunidad portuaria, que pierde la oportunidad de reconocer y aprender de aquellos que, durante dos décadas, han trabajado incansablemente por elevar la preparación, seguridad y eficiencia de los operarios que se juegan a diario el bienestar de todos en las aguas turbulentas del comercio marítimo.

Y así, en este tiempo, mientras el CPE Cádiz sigue haciendo suyo el lema de que "solo el trabajo bien hecho da frutos", las instituciones no pueden ver más allá de las sombras de la política y las apariencias. Qué tristes son los días donde la meritocracia es eclipsada por el brillo falso de apellidos que nada construyen.

Felicitamos al CPE Cádiz, en sus más de 100 años de historia, por haber sido un bastión inquebrantable de dedicación, esfuerzo y logros. Su ejemplo no debe ser solo admirado, sino emulado por aquellos que aún creen en la verdadera importancia del trabajo bien hecho y el compromiso sin fisuras. Que la historia, esa siempre sabia consejera, recuerde su esfuerzo y los coloque en el pedestal que merecen.

¡Enhorabuena, CPE Cádiz! Que el futuro, aunque incierto, sea tan grandioso como el legado que habéis edificado con sudor y sabiduría.


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